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Dirección Musical. Formar o adiestrar.

El caso más paradigmático siempre ha sido el de la dirección musical. Ese arte que todavía no tiene unos contornos claros a la hora de valorar la excelencia si no prescindimos de la hipérbole y el exhibicionismo.

Dirección musical: enseñar y aprender

Muchas veces he escrito sobre el hábito, maneras y motivaciones de los directores y directoras de orquesta, banda o coro. Del porqué dirigimos. De cuál es nuestra aportación. Y, sobre todo, de la enseñanza (o el aprendizaje, que no es lo mismo) de este cada vez menos valorado arte.

La codicia en la música

El mundo empresarial entiende lo que no logra interiorizar el mundo musical por mucho que éste se empeñe en mostrar una cara de eterna aspiración a ser un negocio en términos financieros, salvando las tan escasas como honrosísimas excepciones, esto esto, aquellos que sí lo han comprendido y que, como ocurre con siempre vigente mito de la caverna, por más que se explica nadie lo ve.

El mito de las escuelas históricas de dirección

La enseñanza de dirección musical está afectada por una concepción de la estructura curricular basada en una quiebra identitaria. Partiendo del hecho de que dirigir corresponde a la misma mecánica sea cual fuere el foco sonoro (banda, orquesta o coro) siendo la única diferencia el conocimiento de cada instrumento y de su optimización, la secuenciación que históricamente se ha venido realizando a la hora de impartir la asignatura de dirección, está fuera de toda razón habida cuenta de la realidad profesional que los grandes maestros han desarrollado.

Memorización de la partitura

Afrontar la lectura de una partitura de Banda para una eventual memorización (la mejor opción para una óptima interpretación) deviene en un proceso de tensión para los estudiantes de dirección (y a no pocos profesionales) al abordar una aproximación textual a ese mapa del tesoro que es la partitura.

EveR vs Kleiber

El Robot EverR 6 ha debutado como director de orquesta en Corea frente a un orgánico de 60 músicos y ante 950 espectadores que lo ovacionaron ampliamente, como dice la crónica del evento. Algún músico, incluso, manifestó que EveR 6 estaba en perfecta armonía con la orquesta.

Directores instagrammers

La realidad se impone aunque no se quiera ver. Negarla, supone elegir ser cómplice de la mediocridad. Justificarla, asumirla como propia. El mundo de la música es maravillosamente complejo. Nada es lo que parece y lo que parece, no es.

La música no se regala

Es habitual que en nuestro gremio musical se instale el desasosiego al contemplar cómo el sus propios integrantes cancelan toda posibilidad de crecimiento colectivo creyendo, tan erróneamente, que el salvaguardar su status le garantiza una posición en el futuro. Lo que seamos, será lo que construyamos juntos. O, mejor, aquello que no destruyamos hoy tendrá lugar mañana.

Dirigir online y otros cursos

Aprender a dirigir online no es posible. Pretender enseñar de este modo, una estafa. Sería como jugar a fútbol sin balón, a tenis sin raqueta o aprender a tocar el piano sin piano. En este punto podría poner el punto y final al artículo pero el asunto tiene más contornos y más historia que puede dar luz al porqué se ha llegado a semejante despropósito.

Dirección de banda. El legado.



El ser humano quiere dejar huella. En nuestro paso efímero por la vida nos empeñamos en que dejar una presencia indeleble. Hay quien deja un legado en forma de obra artística, ya sea un libro, una escultura, una pintura, un poema o una partitura. Hay quien su legado tiene forma de adquisición inmobiliaria, de saldo bancario. Hay quien, incluso, aspira a que su escasa interacción en el mundo pueda medirse en términos de recuerdo significativo ya sea para sus hijos, allegados o, simplemente, aquellas personas a las que, en vida, mejoró las suyas.