Estimo el català
Que el director o directora que es faci càrrec finalment de la Coral Universitat Illes Balears a més del C1 tengui una mínima part del que jo no podré demostrar a una prova selectiva.
Que el director o directora que es faci càrrec finalment de la Coral Universitat Illes Balears a més del C1 tengui una mínima part del que jo no podré demostrar a una prova selectiva.
Darrerament m’agrada referir-me a l’activitat coral com a cant compartit, malgrat que el terme cor te una connotació polisèmica molt especial a la nostra llengua. Cant compartit atès que posem en comú les emocions que esdevenen d’un acte tan subtil com el fet de cantar. En aquest contexte, hauria d’entendre’s que el món coral és un ecosistema corporatiu, unit i compromés amb solucions comunas. Nogensmenys, no és així.
¿Por qué una institución habría de contratar un determinado producto o servicio cultural si hay quien lo ofrece gratis?
La importancia del futuro no pasa por legislar la cultura. Los planes para la educación, antesala de los procesos culturales que alienen a la ciudadanía hacia un tejido social sin criterio pero preñado de opinión, no devienen en mejoras si atendemos a la historia reciente.
El calado en el grueso de la sociedad es nulo y la visión esquiva y totalitaria ante la amenaza de aprender y adquirir un pensamiento libre, sencillamente aterradora.
Los premios en música recogen los honores de quienes han tomado ventaja antes que los demás, como reza su significado etimológico. No obstante, coger antes no determina ser el mejor más allá de serlo entre las opciones presentes.
Las noticias sobre los colectivos como Letze Generation, Just Stop Oil, Extinction Rebellion o, más proximo, Futuro Vegetal no cesan alumbrados por su campaña +1,5º que están llevando a cabo en diferentes museos. La performance consiste en pintar de negro gruesos trazos sobre las principales sobras de arte.
Una de las funciones básicas del cerebro es la protección sobre todas las cosas. No necesita certeza, ante cualquier amenaza contempla la huida, la congelación o el ataque. Igual que hace diez millones de años. Nuestras amenazas han cambiado, nuestras reacciones no.
Los músicos somos especialmente sensibles a los obstinados impulsos de nuestro cerebro toda vez que todo lo ajeno representa una amenaza para aquellos profesionales que abanderan la inseguridad, el celo -en definitiva-, el miedo. Como gremio, somos muy poco corporativos y esta oposición, muchas veces intestina, hace que no crezcamos como colectivo al ignorar que uno solo va más rápido pero en unión, se llega más lejos.
Mientas se cierne sobre el horizonte y se alza entre las nubes de a más alta expectativa una nueva legislación que afectará (a ver en cuántas de las acepciones del término) a todo tipo de músicos, valorar las consecuencias puede ser tan solo un ejercicio de onanismo intelectual poco útil pero, en cualquier caso, la reflexión y el pensamiento sobre nuestra profesión nunca está de más.
Parece ser que se aliviará la ardua tarea de pedir permisos para la realización de conciertos y eso, en sí mismo, ya es bueno. La libertad de elección y las propias reglas del mercado marcarán, no obstante, quiénes habitarán los escenarios.
La veritat no pot descansar encara que el silenci l’oculti. Les realitats són polièdriques però convé, a força de donar-li voltes, d’usar-la, de practicar-la, de compartir-la, aconseguir la seva forma esfèrica perquè sigui visible i contemplada des de qualsevol punt de vista.
A les Illes Balears vivim constantment una deterioració de la veritat quant a les realitats musicals en l’àmbit coral es refereix. S’amaga perquè l’excel·lència molesta. Com si aquesta fos exclusiva, excloent o aliena a qualsevol oïda, a qualsevol consciència, a qualsevol cor que sent. La inèrcia ha donat per bona qualsevol explicació. El temps, només el temps jutjarà amb mesura.
Aedcoro no ama a los coros. Triste realidad, sin duda, que lejos de derivarnos a la melancolía nos debe abrir los ojos para construir una verdad. La verdad que, aunque asuste a los que han sido domesticados, hará libre a los virtuoso al tiempo que señalará a los viles.
Estar asociado a Aedcoro se ha convertido en sinónimo de estafa. Durante sus años de existencia no solo no ha contribuido a la mejora el entorno de los directores y directoras de nuestro país sino que ha impedido su evolución, que es mucho más sorprendente, más preocupante.