Naturalizando la importancia de la isla grande y de su capitalidad, cabe reclamar una mayor atención para las islas periféricas en cuanto a cultura se refiere. Todos somos Baleares. No se trata tanto de un alegato visceral o victimista. Las carencias de Ibiza, donde resido, son las justas ganadas a pulso por sus propios habitantes. Nada que reprochar a terceros si la inacción es bandera. No obstante, conviene rellenar las grietas de la sinrazón con, al menos, algo de información.

Desde mi llegada la isla y durante diez años he trabajado duramente por la igualdad cultural entre las islas mediante numerosos y diversos proyectos musicales. Me propuse , por ejemplo, que Ibiza, en virtud de estar bajo el mismo abanico universitario que el resto de islas, tuviese su propia extensión musical a través de la creación de un coro. Por extensión, claro está, Formentera. No entraba en mis posibilidades de análisis considerar que Mallorca como sede central pudiese tener una decena de secciones corales mientras que el resto de islas no tuviera ninguna. La Coral Universitat de les Illes Balears, es un emblema coral indiscutible. Adalid de la cultura musical más allá de las islas como atestigua su impresionante historial. 

La Coral no solo abandera todas las secciones corales de la UIB-Mallorca sino que se le ha dado condición de coro representante de las islas dentro y fuera de las mismas. Si bien merece dicha consideración por su trayectoria y logros, no es menos cierto que el mérito está condicionado a la unicidad. Dicho de un modo más claro, ¿por qué no existe ¡al menos! un coro universitario en las sedes de Ibiza-Formentera y Menorca, respectivamente? A falta de una respuesta sostenida en la sensatez argumentativa, no parece estar dentro de los planes de la UIB la democratización de sus servicios en las islas periféricas.

La Coral Universitat de les Illes Balears, es un emblema coral indiscutible. Adalid de la cultura musical más allá de las islas como atestigua su impresionante historial.

Durante años he presentado diferentes propuestas de viabilidad tanto sociales, artísticas, educativas como económicas. La respuesta siempre ha sido negativa. Desconozco si en la realidad paralela de Menorca ha habido intentos tan poco fructuosos. Lo triste es que quien pierde es la sociedad ibicenca, el mundo académico y los amantes del mundo musical y, por extensión, el coral…de todas las islas. Pero también dice mucho de la actitud negacionista de que otras realidades puedan coexistir, máxime, cuando de la misma institución se trata.

¿por qué Ibiza, Formentera y Menorca no ha podido disponer de un coro en su sede universitaria en los 45 años que existe la Coral  Universitat de les Illes Balears en Mallorca? ¿Quién lo ha impedido? ¿Quién lo impide?

¿Tendrían algo que decir las altas instancias de nuestra institución universalista? ¿No es, acaso, la Universidad quien debe velar por el desarrollo y mejora social a través de la cultura y el conocimiento en todo el territorio donde ejerce su autoridad y magisterio? ¿Puede ejercer una persona la suficiente influencia para impedir el crecimiento cultural de un determinado ámbito? ¿Por qué nadie del mundo musical ibicenco se ha interesado jamás por este asunto? En definitiva, ¿por qué Ibiza, Formentera y Menorca no ha podido disponer de un coro en su sede universitaria en los 45 años que existe la Coral  Universitat de les Illes Balears en Mallorca? ¿Quién lo ha impedido? ¿Quién lo impide?

Sumar nunca puede suponer una amenaza, puesto que no se puede ser el mejor si se es el único.

Juan F. Ballesteros
director de coro