Valencia y los Coros

Numerosas comunidades autónomas y sus correspondientes Federaciones están trabajando incansablemente por encontrar un resquicio de razón entre tanta zozobra administrativa, social y emocional en el ámbito coral. La pregunta pertinente es qué ha hecho la FECOCOVA (Federació de Cors de la Comunitat Valenciana) para dar respuesta a la incertidumbre de la crisis actual. De momento, ninguna.

Más allá de los manidos festivales, encuentros y cursos tan necesarios para la formación como prescindibles por su eterna repetición en forma, contenido y elegidos, la creación de espacios corales serios, focos de debate, alternativas funcionales a la tan loable como escasa función de mantener vivo su propio coro, ¿qué aporta la federación -olvidemos el pasado- al presente y al futuro del mundo coral valenciano? 

Tenemos un espejo al que mirarnos: la FSMCV (Federació de Societats Musicals de la Comunitat Valenciana) que -sin ser perfecta- se mantiene viva, firme y activa con sus asociados.  ¿Por qué el mundo coral valenciano con la tradición, talento y proyección tanto nacional como internacional de no pocos de sus cantores ha de conformarse con una federación que no nutre más que a quienes la defienden?

Cantores, compositores, directores, gestores, público…merecen mucho más que una organización endogámica que no estimula el crecimiento social y musical de las formaciones. Una formación, la de los directores, basada en el uso exclusivo del conservatorio es a todas luces insuficiente.

Afortunadamente, cada vez es más habitual contar entre nuestros directores a quienes se han formado en Europa, donde las cosas suceden. No podemos seguir abonando un terreno yermo dejando afuera a quienes tienen algo, al menos, diferente que decir.

Podemos disentir de las opiniones que no son propias, desviar la problemática social de los coros para culpar a terceros, obviar y negar la necesidad de revolucionar el mundo coral de la CV. Pero, sobre todo, podemos y debemos dejar de ocultar la realidad con tan solo una pregunta: ¿en qué hemos mejorado en los últimos 20 años? También podríamos dejar de contestarla. Algunos lo hacen.

Para organizar un evento lúdico-festivo-gastronómico, tan apreciado en nuestra tierra, no es preciso una federación. Pero para liderar un proyecto de futuro que vertebre las necesidades de todos los coros (subrayo todos) hace falta no solo cambiar el menú sino ampliar la lista de invitados, no vaya a ser que entre las opciones plausibles nos quedemos como estábamos.

Innovación y desarrollo son términos erigidos como ajenos a nuestra actividad coral. Mientras nos neguemos a pensar que de otro modo podemos ser más eficaces no saldremos de la madeja de la conformidad, único camino a ninguna parte.

El asociacionismo si no aglutina no sirve. Si no responde no representa. Si no crea, disuelve.

Juan F. Ballesteros
músico y escritor

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